La situación mundial que vivimos y estos días inciertos nos han desconfigurado todos los esquemas
y propuestas posibles, esa misma situación nos lleva a interiorizar y a replantearnos alternativas
realmente novedosas y creativas.  Lo mismo sucede en la forma de conducir los equipos de trabajo
empresariales o domésticos, pequeños o numerosos, presenciales o a distancia, desde las posiciones
más directas y cercanas hasta los puestos que ocupan la cúspide de la pirámide administrativa.
Estas circunstancias nos invitan a ser auténticos, en primer lugar, a ser nosotros mismos, a
compartir experiencias, cuestionamientos y procesos de descubrimientos, sin imponernos ni
imponer a los demás, esquemas y expectativas preconcebidas; las recetas no funcionan en tiempos
difíciles, nos llevan a ser sinceros y abiertos a la colaboración, a dejar de creernos los únicos
inteligentes, pues a través de escuchar las ideas de los demás podríamos obtener propuestas frescas,
ágiles y novedosas que también lleguen a crear el  compromiso en el equipo.
Un elemento clave es el asombro, seamos capaces de abrirnos al descubrimiento de situaciones y
formas nuevas de ver y hacer las cosas, estos días son geniales en ese sentido.  Seamos capaces de
poner a un lado el concepto de “siempre se ha hecho así” y dispongámonos a vivir cada experiencia
de manera diferente. El asombro nos permite desarrollar la felicidad y la motivación al percibir la
belleza en lo simple o en lo excepcional, al dejarnos impresionar de todo lo que nos rodea, es posible
que no estemos acostumbrados a dedicar tiempo a observar nuestro entorno.
Un elemento que nos ayuda en este tiempo difícil es la comunicación a través de las redes sociales,
lo que en algún momento hemos criticado por lo dependiente que algunos se han hecho de estos
recursos, hoy representan una tabla de salvación para mantenernos comunicados y operando desde
cualquier punto en el que nos encontremos, pues mantengamos el flujo de información, ya sea a
través de medios que antes habíamos utilizado o consideremos evaluar las características y
experimentemos con otros medios de contacto, pero mantengamos los lazos que nos unen y si
podemos usar recursos visuales, mucho mejor.
Los periodos difíciles nos invitan a la cooperación y nos llaman a servir a los demás, se empático,
expresa real preocupación por los que te rodean y por los que habitan el mismo planeta.  Tal vez
habíamos perdido la noción de esa cohabitación e interdependencia real, es posible que no podamos
llegar al lugar más alejado de la tierra y colaborar, pero si podemos alzar la mirada y encontrarnos de
frente con las luchas y limitaciones de los que con nosotros se relacionan a diario, mostremos real
interés y si está en nuestras manos aligeremos la carga de los demás.
En estos momentos estamos cargados de información de todo tipo y procedencia, por eso es vital
que seamos específicos al comunicar nuestros objetivos y compartir los planes y proyectos.  Los
señalamientos que emitamos no podrán ser aclarados o puntualizados como estamos acostumbrados
habitualmente pues se dificulta la comunicación directa, es por eso requerido que tengamos ideas
claras y las expresemos sin ambigüedad, de la forma más simple y asimilable, facilitando la
delegación de tareas y la orientación del equipo.
Liderar en la incertidumbre requiere transmitir seguridad y confianza asumiendo el rol que nos ha
tocado vivir a la vez que miramos más allá del momento presente para poner en práctica todos los

elementos mencionados anteriormente a través de la creación de redes que construyan nuestro “ser
con los demás”, transmitiendo serenidad, esperanza y fortaleza en momentos desafiantes, pues
pasada la turbulencia que nos sacude habremos adquirido nuevas herramientas que nos ayudarán a
asimilar nuevos esquemas de interacción.
En tiempos de incertidumbre se hace necesaria la ejecución de un liderazgo disruptivo que
contribuya a pensar y actuar de forma diferente, abierto a la innovación que cuestiona la forma de
ejecución convencional, dispuesto a descubrir tendencias y oportunidades donde otros solo
observan limitaciones al logro de los objetivos planteados.